Nadie dijo que ser padre era fácil, no hay escuelas, menos universidades para formar en este trabajo tan intenso que resulta ser la crianza de los hijos. Muchas actitudes las adoptamos de nuestros progenitores, imitando hasta cierto punto algunos métodos que ellos aplicaban con nosotros. Otros tantos, siguen su propio instinto y procuran hacer su rol lo mejor posible.
No faltan los que se documentan, con libros de autoayuda, material de afamados escritores que tratan de dar luces al respecto, otros buscan por Internet que está muy de moda. Todo es válido, aunque igual seguramente seguiremos incurriendo en errores y nunca seremos perfectos, pero sí se puede lograr un aceptable desempeño, que en un futuro esos pequeños nos lo agradecerán y con orgullo podamos decir “misión cumplida”
Los refranes, como contenedores de valiosos consejos para múltiples situaciones no se quedan atrás en esta área, así que esas cosas que nuestros antepasados consideraron eficientes en el proceso de educar y criar a los hijos, las plasmaron en diversos dichos.
A continuación hemos recopilado algunos de ellos, que pueden ponerse en práctica y esperamos que sean de gran utilidad:
“A la mala costumbre quebrarle la pierna”, aunque sean nuestros amados querubines, no podemos hacernos los ciegos si vemos un mal proceder en ellos, es decir, si han incurrido en malas costumbres tenemos que ser contundentes en hacerles ver que está mal y que deben ser reprendidos por ello, para evitar que lo sigan repitiendo.
“A quien no quiere caldo taza y media”, este refrán puede aplicar como método efectivo para promover la alimentación de los chicos, parece un tanto exagerado, pero ellos tendrán que comprender que lo hacemos por su bien y que si no comen por las buenas, habrá consecuencias.
“Al niño y al mulo en el culo”, suena graciosos pero es muy oportuno, si bien hay ocasiones en las cuales hay que reprender a los hijos con una palmada, hay que saber cómo aplicarla para no perjudicar la integridad de los mismos.
“Algo valen cabezadas oportunamente dadas”,un regaño oportuno y contundente puede causar un efecto remediador de la conducta de los hijos que, de no hacerlo, podría desencadenar en un futuro ciertos problemas muy lamentables.
“Hay que darle al niño malo más amor y menos palo”, he aquí el más valioso de los métodos, no todo es regaño y reprendas, a veces lo que hace falta es demostrarles el amor que les tenemos.
Increíble todo lo que podemos sacar de los refranes para más información
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